lunes, 31 de marzo de 2014

Poemas de Nicolás Estévanez


Canarias
I
Un barranco profundo y pedregoso,
una senda torcida entre zarzales,
un valle pintoresco y silencioso,
de una playa los secos arenales;
Un cabrero en la cumbre que silbaba,
una bella pastora que corría,
una rústica flauta que llenaba
los riscos y las grutas de armonía;
En el aire reflejos y cambiantes,
en el cielo colores trasparentes,
en la noche luceros rutilantes,
crepúsculos brillantes y esplendentes;
Un gallardo mancebo en la montaña
que las cabras monteses perseguía
en la cima del monte una cabaña
y un torrente que al valle descendía;
Tales fueron los goces fugitivos
de cien generaciones ignoradas;
éstos fueron los cuadros primitivos
de las risueñas islas Fortunadas.




Monólogo Campesino

El sol me pertenece, el aire es mío,
no me tasan el agua porque abunda
en claras fuentes y en el ancho río;
¿y no es mía la tierra que fecunda
mi labor incesante y fatigosa?
¡Me arrebatan las mieses que he segado,
y se las lleva gente perezosa
que vive sin dolor y sin cuidado!
¡Tras de quitarme el pan que se me debe,
arrancarme los hijos que me ayudan!
¡Y nos llaman soez, inmunda plebe,
y si estamos vestidos, nos desnudan!
Para vivir nos falta un elemento
detentado por leyes inhumanas:
con la tierra nos roban el sustento...
¡y respondemos con protestas vanas!
Pero la plebe ha de cansarse un día
De prorrumpir en quejas inocentes
¡Para acabar con tanta villanía
no basta con las uñas y los dientes!

http://www.poesiascortas.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario